C
oincidiendo con el colapso del bloque socialista
,
y co-
m
o consecuencia del
m
is
m
o
,
e
m
pe a producirse en el
m
undo un dstico incre
m
ento de la desigualdad econó
-
m
ica que puso fin a un período histórico de de
m
ocrati
-
zación que se había prolongado varios siglos
. C
uando
el
m
undo desarrollado creía haber alcanzado una situa
-
ción de progreso sin retorno, combinando una distri-
bución justa de las rentas con un sistema sostenible
de protección social
,
vuelven a surgir tre
m
endas des-
igualdades e ideologías que las justifican
. E
l incre-
m
ento de la desigualdad es especial
m
ente fuerte en el
m
undo anglosajón
;
una vez
m
ás
EE.UU. es
el origen de
una transformación que se extiende por el mundo.
Y
a al co
m
ienzo de la pasada década
,
el
m
enos rico del
10%
de los
m
ás ricos ganaba en
E
stados
U
nidos cerca
de
6
veces
m
ás que el
m
enos pobre del
10%
de los
m
ás
pobres. Las rentas del 80 por ciento más pobre de la
población de ese país bajaron en una proporción varia
-
ble que castiga más a los sectores más débiles de la
estructura social
. M
ientras tanto el 20% restante de la
población
m
ejora econó
m
ica
m
ente
,
ta
m
bién en una pro
-
porción variable que beneficia más a los más ricos.
L
a consecuencia
,
pues
,
es un incre
m
ento de las diferen
-
cias entre los extre
m
os de la estructura social y dentro
de cada uno de los sectores
. E
s espectacular el enri-
queci
m
iento del
1%
que constituye el nivel
m
ás alto de
la sociedad a
m
ericana
. E
ste proceso
,
que se va genera
-
lizando a escala
m
undial
,
tiene en
E
spaña una reper-
cusión que se caracteriza
,
ade
m
ás
,
por un alza des
m
e-
surada de las tasas de dese
m
pleo y for
m
as de precarie
-
dad laboral
. E
l pensa
m
iento do
m
inante le proporciona
cobertura ideológica
(
neoliberal
)
a esa situacn de des
-
igualdad que se incrementa sin cesar. Esa ideología
dominante pretende, incluso, que la desigualdad es
necesaria. Exige la disminución del impuesto directo
para las rentas
m
ás altas
,
con el pretexto de esti
m
ular el
ahorro y la inversión de los sectores económicos más
potentes de la sociedad. En esa filosofía se inspiran,
por cierto
,
las refor
m
as efectuadas últi
m
a
m
ente en nues
-
tro país en
m
ateria tributaria
. B
ajo la apariencia de una
rebaja general de los i
m
puestos -para hacer
m
ás tra-
gable el conjunto
-
se en
m
ascara la realidad de que dis
-
m
inuye
m
ás la presión fiscal para las rentas
m
ás altas
.
P
ero estas
m
edidas no producen el efecto que se preten-
de del au
m
ento de las inversiones
;
en realidad
,
la relaja
-
ción fiscal para las rentas altas no está i
m
pidiendo un
derrumba
m
iento de las tasas de ahorro e inversión.
L
os hechos y las doctrinas de la desigualdad tienen su
concreción en la econo
m
ía
;
la desigualdad se interpreta
en tér
m
inos
m
onetarios
. S
e pretende que los
m
ejor for
m
a
-
dos
, m
ás co
m
petentes
, m
ás de
m
andados en el
m
ercado
de trabajo, los titulares de diplomas de la enseñanza
superior, deben estar mejor pagados. Se aprecia una
relación verificable entre re
m
uneración y éxito educativo
;
en todas partes la tasa de paro varía en ran inversa al
nivel de for
m
ación
. P
ero en realidad los
m
ejor pagados
de entre los
m
ejor pagados no son los científicos ni los
ingenieros, cuya utilidad económica es real, sino los
negociadores de contratos
,
los gestores y la gente de los
m
edios de co
m
unicación
-
los detentadores de los sí
m
bo-
los externos de la ad
m
inistración
,
cuya actividad no se
traduce en un alza de la productividad
. L
os privilegia-
dos ya no son
m
ás los científicos y técnicos que justifi
-
can su existencia por su capacidad técnica para do
m
i-
nar la naturaleza y extraer de ella ganancias de produc-
tividad para todos
. L
os privilegiados delo
2000
do
m
i-
nan la sociedad y extraen de ella rentas sólo para ellos
m
is
m
os
. E
n
m
uchos casos el incre
m
ento de las retribu
-
ciones y la
m
ejora del status de los gestores se basa
,
pre
-
cisa
m
ente
,
en su habilidad para recortar la plantilla de
trabajadores de la e
m
presa incre
m
entando la tasa de para
-
dos y acentuando la sobreexplotación de los que quedan
.
E
n este sentido es bastante ilustrativa la situación actual
de
D
uro
F
elguera y de los
A
stilleros
. T
a
m
bién sería inte
-
resante un análisis de las variaciones retributivas que
tuvieron lugar durante los últi
m
os diez años en nuestras
fábricas de
ENSIDESA
-
CSI
-
ACERALIA
,
es decir la des
-
proporción entre la escala salarial de los trabajadores
según convenio (a los que debemos añadir los de las
e
m
presas de subcontratas
)
y los incre
m
entos retributivos
del personal afectado por otros tipos de contrato laboral
(
fuera de convenio
, m
andos superiores
,
staff directi-
vo
...)
P
ero insistimos en la apreciación del valor in-
dustrial de ingenieros y técnicos frente a la cuestio-
nable utilidad econó
m
ica de un abogado o un alto fun
-
cionario
. L
os abogados obtienen sus rentas de una explo
-
tación de las disfunciones de su sociedad
. A
lgunos ins
-
pectores de finanzas
,
se encuentran bien situados para
perpetuar sus privilegios de renta y seguridad en el
e
m
pleo
,
pero representan para la sociedad un coste neto
más que un beneficio; su utilidad social es negativa.
P
or eso rara
m
ente se puede deter
m
inar
,
en un nivel de
renta superior
,
lo que proviene de un valor econó
m
ico
intrínseco y lo que deriva de una capacidad específica
para extraer valor de la sociedad, para aprovechar
una renta sociológica.
Y
en el caso del dese
m
pleo
,
tanto
m
ás débil cuanto
m
ás
se eleva el nivel de estudios
,
es difícil distinguir lo que
resulta de la eficacia productiva y lo que es un efecto de
do
m
inación social
. E
l hecho de que los poseedores de
títulos acadé
m
icos ocupen puestos de trabajo de nivel
inferior a sus estudios
,
pero que pueden ser realizados
satisfactoria
m
ente por personas sin titulacn
,
no es un
signo de eficacia eco
m
ica de la sociedad sino sola-
m
ente un resultado de la capacidad social de los titula-
dos para apartar del
m
ercado de trabajo a otros
. S
e trata
de otra for
m
a de de
m
ostrar el poder de do
m
inación en
deter
m
inados niveles de la estructura social
. E
n los nive
-
les altos la subida al poder de los titulados se efectúa a
m
enudo en detri
m
ento de las verdaderas aptitudes
.
F
re
-
cuente
m
ente los gerentes de las e
m
presas son titulados
for
m
ados por instituciones universitarias
,
capaces de sus
-
tituir a los e
m
presarios y a los ingenieros que dominan
real
m
ente las técnicas de su profesión
. S
e trata de una
co
m
petición por el acceso al trabajo y a la renta
,
en la que
pujan la eficacia econó
m
ica y el poder social puro.
E
n todo caso
,
lo que cuestiona
m
os no es tanto la exis
-
tencia de diferencias de renta según el nivel de cuali-
ficación
,
cosa que sie
m
pre exist
,
sino la a
m
plitud cada
vez
m
ás grande de esas diferencias
. N
inguna interpreta-
ción económica, en base a una verdadera eficacia y
optimización del proceso productivo, podría explicar
la alocada ascensn de los e
m
olu
m
entos y de ventajas
diversas del aproxi
m
ada
m
ente
20%
de la población cuyo
nivel de vida y capacidad de adquisición
m
ejora sin cesar
m
ientras el restante 80% ve deteriorarse su situación
laboral y social
. P
or enci
m
a de un cierto nivel de renta
,
que conte
m
ple la satisfacción de las necesidades nor
m
a
-
les de ali
m
entación
,
vestido
,
vivienda
,
educación
,
sani
-
dad
... L
a búsqueda del beneficio por el beneficio
atestigua sólo sobre la irracionalidad de los que lo
persiguen. No estamos ante una transformación
económica que optimice la asignación de recursos
humanos, sino ante una fiebre social desigualitaria,
que se expresa por una salvaje diferencia en el
reparto de las rentas. Algunos elementos de la teoría
econó
m
ica pueden servir para explicar el que se haya
llegado a este proceso de constante au
m
ento de las des
-
igualdades
. E
n concreto
,
el co
m
ercio internacional re
-
sultante de la desaparición de barreras nacionales tiene
una relacn
m
uy directa con el creci
m
iento del dese
m-
pleo y la apertura del abanico de percepciones
. P
ero la
econo
m
ía no aporta todas las explicaciones
;
un análi-
sis
m
ás profundo nos lleva al diagstico de una socie
-
dad enfer
m
a
,
con una escala de valores que no pone al
ho
m
bre y su bienestar por encima de todos los instru-
m
entos que deben estar a su servicio
. L
a evolución cul
-
tural
,
que tenía que haber servido para liberar al ho
m
bre
del reino de la necesidad
,
paradógica
m
ente ha trastor-
nado el subconsciente de las sociedades en un sentido
desigualitario
. F
ue la aceptación teórica
,
subjetiva
,
de
la desigualdad lo que per
m
itió el creci
m
iento de todas
las desigualdades prácticas
,
objetivas
. L
a batalla debe
darse ta
m
bién en el terreno ideológico y de lo subjetivo
;
en el terreno educativo ade
m
ás de en el eco
m
ico
. P
ara
que exista un
m
undo más igualitario debe educarse al
ser hu
m
ano para la igualdad y la solidaridad
. P
or ahí está
fallando nuestra sociedad.
F. Castaño (Junio - 2000)